Nació como una organización. La presidenta de dicha entidad, Erika Adasme, dio cuenta de las gestiones que han realizado para impulsar una legislación que aborde los casos de “mala praxis” por parte de profesionales de la salud.
CURICÓ. Trece años de vida cumplió la ahora fundación Justicia por Amor, entidad que nació a fin de poder brindar apoyo a personas o familias víctimas de alguna negligencia médica. En tal escenario, Justicia por Amor cuenta con un nuevo directorio, el segundo desde que se estableció como una fundación.
TRABAJO
En contacto con diario La Prensa, la presidenta de Justicia por Amor, Erika Adasme, indicó que en estos “13 años de servicio a la comunidad”, por desgracia hechos ligados a “daños irreparables” o de frentón, la “muerte” de pacientes, “han persistido”.
“Siempre tuvimos la esperanza de que disminuyeran los casos de negligencia, pero como bien es sabido, eso no ha ocurrido”, dijo.
Si bien, acotó Adasme, gracias a la asesoría legal gestionada desde el organismo que encabeza, los tribunales han emitido fallos que confirman una “mala praxis” por parte de profesionales del área de la salud, a la fecha, siguen presentándose casos donde “no se hace justicia”. “Está la esperanza de poder ampliarnos a nivel nacional. Llamar la atención y colocar los puntos sobre las íes en responsabilidad médica es una necesidad”, subrayó.
En tal contexto, Adasme también tuvo palabras para agradecer el trabajo que ha realizado el estudio jurídico del abogado Leonardo Fuentes, el que, subrayó, ha sido “clave” en la obtención de una serie de causas en los tribunales.
LEGISLACIÓN
Por último, Adasme se refirió a las gestiones que desde Justicia por Amor han realizado para poder impulsar una legislación que aborde las denominadas negligencias médicas. Para ello están buscando apoyo para que se debata, en el poder Legislativo, un proyecto de ley con una serie de puntos, que surgen simplemente desde la experiencia acumulada en todos estos años.
Uno de los ítems es que las víctimas sean indemnizadas por los profesionales de la salud responsables del daño, y no como ocurre por estos días, donde aquel paso se hace “con los impuestos de todos los chilenos”.
“No hay un verdadero llamado de atención al médico que comete las negligencias. Muy por el contrario, se les permiten seguir ejerciendo libremente, tranquilamente. No se hace ningún mea culpa y los directivos de los hospitales también, encuentro yo, que no han dado el ancho respecto a fiscalizar ese tipo de actuar”, dijo.