Francisco Rivas. Director de la carrera de Ingeniería Civil de Minas de la Universidad de Talca estima que el país debe actuar rápido, para aprovechar altos precios y demanda mundial del metal, antes que aparezcan alternativas.
TALCA. A nivel mundial existe una especie de “fiebre” por el litio y resulta que Chile es potencia mundial en reservas de este metal. Por eso, el Gobierno anunció hace algunos días una estrategia nacional por este elemento, definida como un conjunto de medidas que buscan incorporar capital, tecnología, sostenibilidad y agregación de valor al sector productivo en armonía con las comunidades. Francisco Rivas, geólogo y director de la carrera de Ingeniería Civil de Minas de la Universidad de Talca, analizó este fenómeno del litio y la manera en que el país puede beneficiarse de su explotación.
¿Por qué existe una fiebre del litio?, ¿Qué lo hace tan especial?
“El litio es un elemento que no es tan abundante en la corteza terrestre; se encuentra en concentraciones similares al cobre, pero y al igual que el cobre, es un elemento que en pocas partes del mundo se encuentra en altas concentraciones que permite su extracción económicamente rentable y a diferencia de otros elementos, el litio se encuentra en depósitos de salmueros, lo cual hace que sea un proceso bastante económico en relación a la extracción de otros metales y tenemos la suerte que en Chile, Bolivia y Argentina, tienen los depósitos de litio más grandes del mundo en salmueros (salares). Los otros depósitos que también son muy buenos, son los que están en Australia, pero allá tienen un proceso que es mucho más caro y más complejo que el que tenemos en el país (…) El litio se usa para fabricar baterías (almacenan energía) y con todo este boom de la electromovilidad y la eliminación del carbono en la matriz energética, donde muchos gobiernos han adoptado acuerdos para descontaminar sus países, a través de la incorporación de la electromovilidad en sus medios de transporte (…) Hay tecnologías que requieren de muchas baterías y muchas energías renovables no convencionales”.
¿Realmente somos potencia mundial de litio, cuánto litio tenemos?
“En el mundo hay 89 millones de toneladas de litio, de las cuales Chile tiene 9,8 millones de toneladas, equivalentes al 11% de lo que se ha descubierto hasta hoy. Este valor aumenta todos los años, ya que las exploraciones aumentan y cada vez se van encontrando mucho más litio en el mundo. Además, tenemos la particularidad que en Sudamérica existe el llamado triángulo del litio, en el cual Chile, Argentina y Bolivia cuentan con cerca del 60% de las reservas mundiales. Por lo tanto, a nivel sudamericano, somos una potencia mundial y Chile se encuentra en el tercer lugar de los países con más litio en el mundo”.
¿Nos puede pasar algo similar al cobre, en que solo producimos materia prima, pero sin mayor valor agregado? ¿Qué desafío tenemos ahí?
“Nosotros sí le damos valor agregado al cobre, a través de la generación de un producto que proviene de una roca que tiene un 0,51% de cobre y la industria minera la transforma en un cátodo de 99,99% de ese metal, o sea, un producto altamente puro y, además, esta industria genera altos ingresos y desarrollo humano y tecnológico, por tanto, el valor agregado que la industria minera del cobre le da al país y al mundo es muy alto. Ahora, por qué no producimos productos que contengan cobre, no es talla de la industria minera y, posiblemente, ahí hay que hacer un esfuerzo mayor para que se creen los incentivos, ecosistemas, inversiones para que, en algún momento, sí generar productos que contengan cobre, pero también hay un problema de especialización que Chile debe tener en esta materia. Somos especialistas en la extracción y refinación de estos elementos y sí le damos (al cobre) un valor agregado. En el caso del litio es lo mismo, Chile le da un valor agregado, a través de la gran cantidad de impuestos y pagos que este metal le ha dado al Estado, debido al alto precio y la producción de dos grandes empresas, que son SQM y Albemarle. Desde el año 2020, el precio del litio ha ido aumentando de manera exponencial y eso ha generado grandes ingresos para el país, que no estaban contemplados en los contratos originales y también se desarrolla un ecosistema tecnológico, de desarrollo, inversiones, que es mucho menor, ya que apenas son dos empresas que explotan y esa es la idea que el Estado, a través de esta estrategia, pueda diversificar su producción, a través de más empresas y también con el fin de aprovechar esta coyuntura del alto precio que tiene el litio, con el fin de recaudar más impuestos para el Estado”.
INGRESOS
¿El litio está llamado a ser el nuevo sueldo de Chile?
“Creo que sí, en el futuro puede ser el sueldo de Chile, considerando que cada vez tenemos más gastos, necesidades y población en el país; hay más desafíos, por tanto, el sueldo que teníamos antes con el cobre no nos alcanza. Entonces, vamos a necesitar un segundo sueldo y que creo que el litio sí puede ser parte importante que esos recursos que el país necesita. Mi reflexión es que debemos actuar rápido, ya que hoy tenemos precios altos, el mundo necesita litio y es probable que en el futuro mediano existan algunos elementos sustitutos para crear baterías, como el sodio o el zinc, y es posible que estos precios no se mantengan eternamente”.
¿Qué desafíos tiene la academia en esto, qué puede aportar?
“La academia puede aportar investigación y el mejoramiento de los procesos productivos en torno a la extracción del litio a menor costo posible y me refiero al costo económico, ambiental y social. Sabemos que una de las preocupaciones que tienen las comunidades es la extracción de agua desde los salares, por lo que hay que pensar en una manera de extraer litio de manera más sostenible en el tiempo. También podemos aportar en la refinación de litio para obtener productos un poco más diversificados”.