Académicos UCM plantean implementar política de gestión de riesgos ante los incendios forestales

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“Habría que partir de un refuerzo en la educación de la sociedad en cuanto a la prevención contra los incendios”.

Aporte. Sostienen que debiera considerarse “seriamente” una planificación territorial, lo que tendría impacto positivo en la prevención de siniestros y efecto en la naturaleza.

TALCA. Académicos de la Universidad Católica del Maule (UCM) plantearon la necesidad que el país cuente con una política de gestión de riesgos, ante la ocurrencia de incendios forestales y considerar seriamente una planificación territorial, lo que a juicio de ambos tendría un impacto positivo en la prevención de siniestros y su efecto en la naturaleza.
Nos referimos al doctor Rómulo Santelices, director del Centro de Desarrollo del Secano Interior de la UCM, además de Antonio Cabrera, doctor en Ciencias de las Producciones Vegetales e investigador del Centro de Investigación en Estudios Avanzados del Maule. 

¿Era previsible una temporada estival con temperaturas extremas?
“Sí, era absolutamente previsible. En el contexto del cambio climático en el que estamos, hay una tendencia generalizada en los últimos 10-15 años donde las temperaturas estivales van en aumento. Esta tendencia no es visible solo aquí en Chile, en todas las zonas del planeta con clima mediterráneo está ocurriendo lo mismo. 

Partiendo de la base que los pronósticos así lo señalaban, ¿desde su punto de visto se adoptaron las medidas suficientes para la prevención de incendios forestales?
“Lamentablemente nunca se está del todo preparado, ya que nunca se sabe qué es lo que puede ocurrir. El Plan Nacional de Protección Contra Incendios Forestales 2022-2023 contempló un aumento presupuestario del 22% para Conaf, contando con un presupuesto de 83 mil millones de pesos para prevención y control de incendios forestales, permitiendo contar con 63 aeronaves y tres mil brigadistas, distribuidos en 283 brigadas. Teniendo en cuenta la gran cantidad de recursos aportados, los incendios se siguen produciendo, pero quizás, sin estos medios, la superficie afectada sería mucho mayor”.

Los mega incendios forestales parecen ser una realidad instalada en el país, ¿de qué manera debemos adaptarnos para que el efecto en la naturaleza sea el menor posible?
“En primer lugar, y teniendo en cuenta que la mayor parte de los incendios no se producen de forma natural, es decir, hay una intervención antrópica, habría que partir de un refuerzo en la educación de la sociedad en cuanto a la prevención contra los incendios, sobre todo a las personas que habitan cerca de masas boscosas. Por otro lado, sería importante implementar una política de gestión de riesgos ante los incendios forestales. Entre otras cosas, y a la luz de los resultados de los incendios del año 2017 y los de este año, unido a que estas condiciones generadas por el cambio climático van a continuar en el tiempo, debiera considerarse seriamente una política de planificación territorial. Esto tendría un impacto positivo en la prevención ante los incendios y, por tanto, en el efecto en la naturaleza.

PÉRDIDAS
¿Cuánto pierde el país y la comunidad con cada hectárea quemada en un incendio, hay algo recuperable?
“Como consecuencia de los incendios, se pierden los servicios ecosistémicos (se entiende por servicios ecosistémicos o ambientales a la multitud de beneficios que la naturaleza aporta a la sociedad y que hacen posible la vida humana, por ejemplo, al proporcionar alimentos nutritivos y agua limpia, al regular las enfermedades y el clima, al apoyar la polinización de los cultivos y la formación de suelos, y al ofrecer beneficios recreativos, culturales y espirituales). Existen algunas estimaciones que valoran estos servicios y se ha estimado que el valor podría superar los cinco millones de pesos por hectárea y en ello solo se considera la generación de madera, la recreación, la conservación de la fertilidad del suelo, y el suministro de agua para el consumo humano”. 

¿Qué rol tiene la comunidad en la prevención y sobre todo la protección de la naturaleza frente a estos eventos?
El rol de la comunidad es fundamental; al final, los ciudadanos somos mayormente responsables de los incendios. Como decíamos anteriormente, la mayor parte de los incendios no se producen de forma natural, es decir, hay una intervención antrópica, con esto no queremos decir que todos los incendios sean provocados intencionalmente, pero ocurren accidentes. Por ejemplo, una chispa de una soldadura, puede provocar un incendio catastrófico. Si este soldador tomase las medidas necesarias, se podría evitar. Estas medidas vienen dadas por la educación y la cultura que tengamos respecto a los incendios y su prevención”.