Andrés Prado Soto, rector del ISM. El establecimiento educacional curicano de los Hermanos Maristas, el 2022 celebró sus 110 años de vida. La esencia fue fortalecer lo logrado, con una mirada centrada en lo que viene.
El 2022 el Instituto San Martín de esta ciudad, durante todo su período lectivo, llevó a cabo innumerables actividades con el objeto de celebrar los 110 años de vida del establecimiento educacional.
Al ser consultado el rector del colegio, Andrés Prado Soto, sobre su visión respecto del aniversario en un marco de crecimiento, afirma que observa que el ISM es un referente educativo en la ciudad.
“Una de las cosas que me llamó mucho la atención cuando llegué al Instituto, fue ver en distintos lugares de la ciudad, calles y villas con los nombres de los hermanos, lo que da cuenta de lo importante que es el Instituto San Martín como referente educativo en la comuna”, indica el rector.
APORTE EN LA COMUNIDAD
De todo el contexto histórico de este recorrido que lleva un siglo y una década, Andrés Prado valora el esfuerzo que hicieron los primeros hermanos por sacar adelante al colegio desde sus comienzos, sobre todo después de los dos incendios que sufrió, en 1926 y 1928.
Dicho trabajo hizo que el Instituto se fuera consolidando como un colegio de educación católica que desde ese prisma se transformó en un aporte en la comunidad, desde el momento que incluso los claretianos le dieron su respaldo para que se creara.
ACTUALIZACIÓN PERMANENTE
Cuando el rector da una mirada de futuro, habla del compromiso por “una actualización permanente en lo que es el ámbito educativo, innovación tecnológica, innovación educativa en todo sentido. El compromiso de seguir promoviendo una educación integral, donde no solamente la educación de nuestros niños, niñas y jóvenes se enmarque dentro de la sala de clases, sino también seguir fortaleciendo las actividades extraprogramáticas como el arte, el deporte, el área científica y otras que en el fondo permiten ir implementando la educación”.
Añade que un factor clave y sello educativo, es seguir fortaleciendo lo que él llama “el ADN” de la enseñanza entregada, es decir, el evangelizar por medio de la educación.
Allí radica la esencia de un establecimiento educacional que, a partir de sus 110 años, proyecta las acciones que seguirá desarrollando y cumpliendo el sueño que alguna vez tuvo Marcelino.