Alertan que alto consumo de alcohol y drogas incide en prácticas sexuales que aumentan el riesgo de VIH

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Michael Díaz, director ejecutivo de la fundación SIDA Maule.

Michael Díaz. Director ejecutivo dijo que “bajo los efectos de las drogas, baja la percepción de peligro, lo que propicia las prácticas de riesgo como el sexo sin preservativo”.

TALCA. La fundación Sida Maule expresó su preocupación, por el hecho que la pandemia ha afectado de diversas formas el comportamiento de las personas y propiciado un alarmante escenario, por el mayor riesgo de aumento de VIH-Sida y otras Infecciones de Transmisión Sexual.

Según datos que dispone la ONG, alrededor de un 22% de las personas que solicitan una prueba para la detección del VIH, han manifestado el uso de drogas en sus relaciones sexuales, los motivos son variados, desde aumentar la líbido o desinhibirse sexualmente hasta potenciar el placer.

El director ejecutivo de la fundación Sida Maule, Michael Díaz, advirtió que, al igual que en otros países, en Chile se han monitoreado algunas aplicaciones de contactos sexuales, que han dado cuenta de la práctica denominada “chemsex”, que se caracteriza por el consumo prolongado de drogas, que tiene por objetivo mantener relaciones sexuales durante un largo periodo de tiempo. “Se trata de fiestas sexuales (grupales o en pareja) que se realizan en casas privadas o locales, como saunas y otros espacios, pero lo que es más complejo es que se hace sin ningún tipo de protección”.

Apuntó que “bajo los efectos de las drogas, baja la percepción de peligro, lo que propicia las prácticas de riesgo como el sexo sin preservativo y esto constituye un alto riesgo para la transmisión de enfermedades sexuales como el VIH”.

PREOCUPACIÓN

Agregó que la institución también ha visto con preocupación que este consumo sexualizado de sustancias, está tomando fuerza entre hombres que mantiene sexo con otros hombres, en este caso, no se puede desconocer la discriminación, acoso y estigma en la que ha vivido esta comunidad, “por ello, el aumento del consumo de drogas muchas veces se convierte en una puerta de escape para el ejercicio de la sexualidad”, agregó Díaz.

En este caso, el activista fue enfático en sostener que el inicio en jóvenes suele ser exploratorio, por interés y curiosidad, “pero en muchos casos existe el trasfondo de haber vivido la discriminación por la propia condición sexual, lo que genera mucho estrés y ansiedad y es ahí, donde este tipo de prácticas resultan ser una válvula de escape”.

Dijo que, “lamentablemente, el consumo de las llamadas drogas duras, como cocaína, pasta base u otras sustancias ilícitas, va en aumento en nuestro país, por lo que el mensaje es a que las autoridades estén alertas y realicen su máximo esfuerzo en ejecutar estrategias públicas directas que apunten a su disminución y, con ello, a evitar que este tipo de prácticas se sigan masificando con el consiguiente daño en la salud de la población”, recalcó.