¡Hasta cuándo!

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Editorial

Este viernes, se conoció la lamentable noticia en relación a la muerte de un menor de 12 años en la comuna de Longaví, quien salió desde su casa el pasado jueves, junto a sus perros y la preocupación de la familia se instaló cuando los animales volvieron solos a su hogar.

Pero lo más terrible es que, horas después que se conociera la información sobre el hallazgo del cuerpo en un pozón del río Liguay, se supo que tenía heridas atribuibles a terceras personas y que dos hombres habían sido detenidos en Talca y ahora están a disposición de la Justicia.

La familia de este menor clama por justicia, para saber qué pasó son su hijo, nieto, sobrino…

Lo más triste de esta historia es que no es la primera vez que un niño en nuestro país es asesinado y mucho no se sabe de las causas o de los motivos que tuvieron los responsables.

El caso del pequeño Tomás Bravo se ha convertido en todo un enigma. Se trata del niño de poco más de 3 años que desapareció en la comuna de Arauco, en el sector de Caripilún, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida nueve días después. Luego de más de dos meses de su muerte, aún no existen certezas sobre las causas de muerte o si hubo o no intervención de terceros.

También el país ha sentido la muerte de dos niños, Tamara e Itan, quienes murieron a causa de disparos en situaciones muy similares, que tuvieron como denominador común el robo de vehículos y la acción de bandas armadas.

Hoy más que nunca es de vital importancia que las familias de todos estos niños y tantos más, tengan justicia. Pase lo que pase, nada ni nadie les podrá devolver la vida que tenían antes de estos trágicos eventos, pero, por lo menos, tendrán la tranquilidad que se hizo justicia y que los responsables de estas muertes están tras las rejas.

¡Hasta cuándo tendremos que seguir informando este tipo de atrocidades! ¡Hasta cuándo sufrirán los niños por las acciones de adultos!

Tema aparte es lo que se conoció esta semana en un hogar de menores de Rancagua, desde donde niños y niñas arrancaron y fueron auxiliados por los vecinos, acusando de malos tratos.

Algo tiene que cambiar en este país para que hechos como éstos no se vuelvan a repetir.