Repudiable por donde se le mire

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No ha pasado desapercibida para la comunidad curicana, la situación que le tocó vivir a uno de los tantos profesionales que día a día lucha para combatir la aún vigente pandemia del Coronavirus. Nos referimos al kinesiólogo, Julio Barrera Mora, quien tras cumplir uno de sus tantos turnos, siendo parte de la unidad del Hospital de Emergencia de Curicó, que precisamente trabaja con pacientes que adquirieron la citada enfermedad, en plena madrugada se dirigió a un costado del mencionado recinto asistencial, a fin de subirse a su automóvil y trasladarse a su domicilio. Por desgracia, al llegar al lugar donde lo había estacionado (Buen Pastor, entre Chacabuco y Membrillar), el vehículo no estaba: había sido víctima de un robo. Solo un par de semanas antes, el propio funcionario del hospital sufrió, en particular, el robo de las patentes de aquel automóvil, por lo que contaba con un registro fotográfico del mismo. Esas imágenes fueron las que compartió en sus redes sociales, acompañadas de un llamado para obtener información respecto a quienes estarían detrás del hecho, o bien, sobre el paradero del vehículo. 
El profesional no ocultó su “rabia, pena e impotencia” de haber sido una víctima más de la delincuencia, tratándose de un funcionario que, por las características de su labor, de alguna manera “arriesga” su salud y la de su familia, brindando un servicio que podría significar, para el caso de los pacientes, la diferencia entre la vida y la muerte. ¿Estamos quizás frente al popularmente denominado “Pago de Chile”?  
El mencionado robo presenta además otra particularidad: gracias a cámaras de seguridad particulares, se pudo establecer que los responsables utilizaron una grúa para retirar el automóvil. Ahí surgen algunas interrogantes, por lo pronto: ¿No hubo ningún control que permitiera fiscalizar a quienes conducían la citada maquinaria, considerando que a esa hora estaba en plena vigencia el denominado toque de queda? 
La sensación de injusticia que deja este caso es parte de este nuevo escenario que, por desgracia, también tiene espacio para hechos tan repudiables como el aludido en esta tribuna.