Más empatía que simpatía…

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Editorial

No cabe duda alguna que los seres humanos somos imperfectos y eso determina que no existan las sociedades ideales  y, con suerte, se podría hablar de “agrupaciones afines” o de intereses comunes.
Por algo la palabra “utopía” siempre nos suena como algo irreal o imposible de llevar a la práctica, porque en su definición se dice que “la utopía es un plan o sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, donde todo transcurre sin conflictos y en armonía”.
Al parecer, para las grandes mayorías, es más fácil entender el concepto “simpatía” porque es algo “livianito”, pero tremendamente subjetivo.
Este preámbulo, tiene que ver, nuevamente, con las modernas “redes sociales” de internet y en donde, con frecuencia se vacían comentarios impropios, poco humanitarios y en un lenguaje vulgar y soez.
A raíz del terremoto de 6,5 grados Richter, ocurrido en la noche del pasado lunes 18 en la provincia argentina de San Juan (limítrofe con las regiones chilenas de Coquimbo y Valparaíso), comenzaron a multiplicarse -en las pantallas de miles de celulares- opiniones que, en verdad, deberían avergonzarnos como chilenos, pues la mayoría de esas reflexiones hablaban con desprecio y burla frente las legítimas reacciones de los sanjuaninos, llenas de un comprensible y justo temor ante el potente fenómeno sísmico.
Se quería hacer un parangón con la supuesta “cultura sísmica” de los chilenos y de lo “acostumbrados” que estamos a episodios telúricos tan o más dramáticos que el de esa noche.
Eso es muy lamentable y evidencia una falta deplorable de EMPATÍA (así, con mayúscula) ante el dolor del prójimo que, en este caso, son nuestros vecinos directos en la Sudamérica profunda. ¡¡Qué falta de espíritu de comprensión y empática solidaridad…!! 
Son muchos los chilenos que desconocen la historia sísmica de nuestro continente.
Si bien el cataclismo de Valdivia del 22 de mayo de 1960 es el de mayor potencia y magnitud registrado en el mundo (9,5 grados Richter) los fallecidos sumaron un poco más de 2500 personas en total.
Sin embargo, en el terremoto de San Juan (Argentina) ocurrido el 15 de enero de 1944, el número de víctimas fatales osciló entre nueve mil y 10 mil personas, muchos de ellos mujeres, niños y ancianos.
¿Será algo como para burlarse de nuestros hermanos argentinos que incluso nos han ayudado en muchas tragedias a este lado de la Cordillera…?