No dan abasto en el rescate de animales. Fundación Paticorta es una de las fundaciones que se dedica a cuidar a los perros que han sido dejados a su suerte.
Lobito fue rescatado hace algunas semanas en el sector de Sarmiento. Durante mucho tiempo vivió en la calle, viéndose expuesto al maltrato de niños y adultos, los que no tenían compasión alguna de su estado de abandono y ceguera.
Hoy Lobito fue adoptado y entendió que no todas las personas son malas; y aprendió a disfrutar de las caricias de su mamá Cristina. Su vida cambió gracias a que Fundación Paticorta lo rescató.
Las organizaciones animalistas no dan abasto con tantos casos de perritos abandonados. A diario botan mascotas quienes algún día fueron sus familias. Las razones son diversas, cambio de casa, destrozos de los cachorros y no contar con dinero para alimentar a los animales.
“Somos una organización bien activa en el tema de rescate. A diario vemos casos de perritos abandonados”, planteó Carolina Morán, colaboradora de Fundación Paticorta; quien agregó que durante esta Cuarentena ha habido un incremento importante de animales dejados en la calle.
Junto a esto, se ha generado un incremento de casos de maltrato animal; lo que deja en evidencia la violencia que existe entre algunos humanos que descargan su ira con aquellos seres más indefensos.
“ A los perros de la calle, les pegan o les sacan sus pocillos con agua que nosotras les dejamos”, enfatizó Morán.
“Las personas se han puesto más frías con esta Cuarentena y les falta conocimiento sobre los cuidados de los animales”, agregó.
TENENCIA RESPONSABLE
Si bien se han hecho algunas charlas tendientes a educar a la comunidad respecto a la tenencia responsable, aún las personas no logran entender el compromiso que implica hacerse cargo de una mascota. Esta no solo conlleva alimentar y dar agua a los animales, sino que además sacarlos a pasear, llevarlos al veterinario y limpiar sus heces.
También es importante mencionar que las entidades que rescatan animales no reciben financiamiento de algún organismo estatal o municipal, solo funcionan con aportes de sus colaboradores, y los gastos son innumerables, alimento para perritos abandonados, atención veterinaria y desparasitación de los mismos.
“Las personas descansan mucho en quienes formamos parte de organizaciones animalistas y creen que tenemos la obligación de solucionar todos los problemas; y no se hacen cargo de sus responsabilidades”, concluyó Morán