“Nuestra meta es entregar la administración con 3.500 títulos de dominio regularizados en el Maule”

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En una conversación profunda sobre el ordenamiento territorial de la región, el secretario regional ministerial analiza el “estrés” institucional que enfrentan ante la falta de personal, el valor estratégico de los terrenos fiscales para proyectos como el Paso Pehuenche y el futuro parque industrial de Longaví, y el drama de las familias que solo descubren su irregularidad tras las catástrofes.

TALCA. “La Región del Maule posee una particularidad geográfica y administrativa que la distingue del resto del país: mientras en el extremo norte o sur de Chile el 95% del territorio es fiscal, en nuestra región la propiedad del Estado no llega ni al 1%. Sin embargo, ese pequeño porcentaje es el motor de grandes proyectos de infraestructura, mientras que el 99% restante -en manos privadas- esconde una realidad de irregularidad que el Ministerio de Bienes Nacionales intenta subsanar a contrarreloj”, dice de entrada César Concha Gatica, seremi de la cartera, quien llega muy puntual a las oficinas de Diario La Prensa, en pleno centro de la capital regional.

Dice que está dispuesto a hablar de los desafíos de su secretaría regional ministerial, que opera con recursos humanos limitados, para una demanda que no se detiene.

DESAFÍO DE LA REGULARIZACIÓN

Seremi, para contextualizar a nuestros lectores, ¿cuál es la principal diferencia entre el trabajo que realiza Bienes Nacionales en el Maule frente a otras regiones del país?

“Es una diferencia de enfoque muy marcada. Regiones como O’Higgins, Maule, Ñuble y Biobío, comparten una característica común: nuestra carga laboral está centrada casi exclusivamente en la regularización de la pequeña propiedad raíz. En cambio, en el norte o en el extremo sur, el Ministerio se dedica principalmente a la administración de la vasta propiedad fiscal, que allá supera el 95% del territorio. Aquí en el Maule, la propiedad fiscal no llega a más del 1%. No obstante, dentro de ese mar de propiedad privada, existe mucha irregularidad, especialmente en nuestros campos”.

¿A qué se refiere con esa “irregularidad”? ¿Gente que vive en terrenos que no les pertenecen?

“No necesariamente. Hablamos de personas que tienen la propiedad en su tenencia, poseen el terreno, viven ahí, pero no cuentan con su escritura o título de dominio. Ahí es donde entramos nosotros a aplicar el Decreto Ley 2695, para entregarle la certeza jurídica a quien no la tiene. Es un trabajo de hormiga, pero fundamental para que esas familias accedan a la red de protección del Estado”.

¿Cuál es el balance de títulos entregados bajo su gestión y qué meta se han propuesto para el final del periodo?

“En estos cuatro años, hemos regularizado más de 3.000 títulos en las 30 comunas de la región. Esto significa un aumento de 500 casos, respecto a la administración anterior. Nuestra meta es clara: al 11 de marzo de 2026, queremos entregar esta Seremi de Bienes Nacionales con 3.500 títulos entregados en las manos de los maulinos”.

“ESTRÉS” DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Usted ha mencionado en diversas instancias que la institución opera bajo un nivel de “estrés” importante. Si se redujera el aparato estatal, ¿cómo afectaría esto a su labor?

“Produciría un estrés absoluto. Mire las cifras: hoy tenemos más de 7.000 procesos de regularización vigentes y solicitudes anuales, y debemos dar abasto con una capacidad de solo dos abogados. Es humanamente imposible cubrir esa demanda con eficiencia, si reducimos el recurso humano”.

¿Y en el área de fiscalización? Porque Bienes Nacionales no solo regulariza, también debe vigilar el buen uso de lo que es de todos.

“Ese es otro punto crítico. Administramos la propiedad fiscal y eso exige fiscalizar su uso los 365 días del año. Actualmente, tengo solo dos fiscalizadores para toda la Región del Maule. Si ellos trabajaran todos los días del año de forma óptima, podrían hacer 700 fiscalizaciones, pero tengo más de 2.000 unidades catastróficas. Además, ellos no solo fiscalizan; deben tasar, levantar polígonos, vigilar el acceso a ríos y bienes nacionales de uso público. Sin el personal adecuado, la administración del suelo fiscal simplemente deja de ser eficiente”.

TERRITORIOS ESTRATÉGICOS

Recientemente se ha hablado de la recuperación de terrenos que estaban en manos de otras instituciones. ¿Qué sucede cuando un colegio o una posta deja de funcionar?

“La propiedad fiscal es dinámica. Hay terrenos que fueron colegios, hogares de médicos rurales o centros de salud que, al dejar de cumplir esa función, son devueltos al Ministerio. Nosotros buscamos la mejor utilización de esos recursos. Por ejemplo, en algunos casos se nos devuelven terrenos grandes, como silos o colegios, porque las instituciones buscan espacios más ‘hogareños’ o pequeños, y eso nos libera paños para nuevos proyectos”.

Un tema clave para la economía regional es el Paso Pehuenche. ¿En qué estado se encuentra la gestión de terrenos en esa zona?

“Tenemos paños fiscales de gran extensión, más de 10.000 hectáreas que históricamente fueron entregadas al Ejército para el Regimiento de Montaña. Como esa unidad se trasladó a Los Ángeles, hemos estado trabajando en la devolución de esos terrenos. Hace unos cuatro meses, le entregamos oficialmente un paño al Ministerio del Interior, para materializar la construcción definitiva del Paso Fronterizo. El complejo actual siempre fue provisorio; ahora tenemos el suelo para el complejo definitivo”.

También se vincula esto con un proyecto en Longaví. ¿Cómo se conecta la propiedad fiscal con el desarrollo industrial del Maule Sur?

“Existe una sinergia estratégica. El 1 de diciembre firmamos un contrato de arrendamiento con el sindicato del Parque Industrial de Talca, para que utilicen 10 hectáreas fiscales en Longaví. Este será el futuro Parque Industrial del sur de la región. La ubicación es clave: a solo dos kilómetros de la Ruta 5 Sur, con acceso directo al aeródromo de Cauquenes y conectividad hacia el Paso Pehuenche. Es un circuito logístico para sacar fruta y mercadería hacia Argentina y el mundo”.

CATÁSTROFES: EL DESPERTAR A LA REALIDAD JURÍDICA

El Maule es una región expuesta a terremotos e inundaciones. ¿Cómo cambia el trabajo de Bienes Nacionales cuando ocurre un desastre natural?

“Es el momento de mayor tensión. Cuando ocurre un incendio o una inundación, los ciudadanos acuden al Minvu, al Fosis o a Sercotec para reconstruir sus casas o reactivar sus negocios. El problema es que, para entregar esos beneficios, el Estado exige documentos al día. Es ahí cuando muchas familias se dan cuenta de que no tienen su título de dominio”.

Debe ser frustrante para una persona que lo perdió todo enterarse de que, legalmente, no puede acreditar su propiedad ante el Estado.

“Es un drama humano. La gente se estresa porque quiere reconstruir rápido, pero el Estado no puede invertir recursos públicos en un terreno si no puede confirmar que ‘Juanito Pérez’ es efectivamente el dueño. Ahí es donde nosotros entramos en un procedimiento legal reglado, con plazos que están contemplados por ley, tratando de sacar los títulos lo más rápido posible para que esas personas reciban la ayuda estatal”.

EL FUTURO DE

LOS PATRIMONIOS

Finalmente, seremi, ¿cuál es su visión sobre la ley de patrimonios nacionales aplicada a casos emblemáticos de la región, como el Mercado Central de Talca o las Escuelas Concentradas?

“Es un tema complejo que requiere mantener la armonía estética y la fachada de lo que representan para la historia de la ciudad. La propiedad fiscal siempre estará sujeta a las necesidades del Estado y de la comunidad, y en el caso del patrimonio, el desafío es conciliar la modernización con el respeto a nuestra herencia arquitectónica”.