Otrora defensa, registra 271 partidos defendiendo la albirroja, cifra que lo ubica en la galería de los históricos.
POR HÉCTOR ORELLANA ABACA
LINARES. En este viaje a través del tiempo para traer a la memoria a aquellos personajes del fútbol que dejaron una marca registrada, fuimos en la búsqueda de Mauricio Moreira, padre de Carlos “Pepey” Moreira, con quien hace unas semanas tuvimos una linda charla en esta página. Lo encontramos para hablar de la pasión del balompié y de diversos aspectos de la vida que marcaron a un jugador de coraje, con un temple admirable y sobre todo con la persona agradecida de todo lo vivido.
Mauricio Moreira fue un defensa que registra 271 partidos defendiendo la albirroja y que lo ubican en la galería de los históricos, con mayor cantidad de presencia en el campo de juego.
Recuerda con emoción al equipo de los “Toros” de Linares, las grandes campañas, los técnicos que ayudaron en su formación y esa campaña que los tuvo cerca de lograr el ascenso a Primera División.
¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol Mauricio?
“Yo soy nacido en Puente Alto y desde pequeño me gustó el fútbol. Tuve la suerte de llegar a un gran club ya desaparecido como Deportes Aviación, donde hice el tránsito por las inferiores hasta llegar al primer equipo. Me pude desempeñar y crecer, ganar mis primeras monedas y poder ayudar a mis padres. Yo provengo de una familia muy humilde, situación que me enorgullece, porque eso me permitió aprender a luchar a ser guerrero y trabajar mucho para lograr lo que he construido en el tiempo. En Aviación tuve la suerte de convivir con muchos jugadores, que fueron grandes futbolistas del medio nacional como Roberto Rojas, Iván Valdés, Juan ‘El Rápido’ Rojas y otros de los cuales guardo los mejores recuerdos. Hay un momento muy especial, de un partido por Aviación en el Estadio Nacional ante 40 mil personas en juveniles frente a Argentinos Juniors, en cuya formación estaba Diego Armando Maradona. Puedo decir con legítimo orgullo que jugué frente a uno de los más grandes de la historia”.
¿Y cuándo llega a Linares y qué recuerda de su paso por los albirrojos, considerando que es uno de los históricos con más partidos jugados?
“Fue Guillermo Díaz quien me trajo a Deportes Linares, donde jugué nueve temporadas. Tuve grandes compañeros de fútbol como Patricio Bonhomme; Sixto Humberto Pedrozo, que venía de Sol de América y de jugar Copa Libertadores de América; Edgardo Geoffroy; Juan Ramón Garrido y Julio Crisosto, entre otros, todos con una gran trayectoria. Igualmente, grandes técnicos como Jaime Campos, Arturo Rodenack, Sacha Mitjaew, Tucapel Bustamante y Eugenio Jara, entre otros. Hicimos buenas campañas que incluso estuvimos en algún momento cerca de alcanzar el cielo con el ascenso a Primera División.
Fui cinco temporadas capitán y realmente me siento agradecido de haber jugado por Deportes Linares, donde siempre me la jugué y me entregué con mucho rigor a la causa. Agradecido siempre del cariño de la hinchada que sigue siendo muy fiel a su equipo”.
¿Su hijo siguió sus pasos?
“Sí. Mi hijo Carlos siguió con el fútbol. Debutó a los 16 años, con el técnico Rolando García y en la misma posición de defensa en que lo hacía yo. También recogió algunas cualidades como el ímpetu, y siempre querer ganar. Carlos hizo una linda carrera y fue en Curicó donde obtuvo sus mayores logros”.
RETIRO
¿Se retiró joven del fútbol, Mauricio?
“Efectivamente, jugué en Aviación el 78, en Linares entre 1979 y 1986, en Santa Cruz el 87 para volver a Linares al año siguiente. A los 30 años tomé la decisión, de la cual no me arrepiento. Preferí yo dejar el fútbol a que el fútbol me dejara a mí. Siempre tuve ofertas para seguir jugando, pero no las acepté la decisión estaba tomada y no iba a transar. Además, recuerdo, que muchas veces tuve la oportunidad de emigrar de Linares a otros clubes como La Calera u O’Higgins, pero no se dieron las condiciones económicas, porque Linares era el dueño de mi pase”.
¿Qué le dejó el fútbol?
“Jugar al fútbol es algo de ensueño, pero lo más lindo son los amigos que quedan y que forman parte del libro de los afectos, logrados en una profesión tan hermosa y maravillosa. El recuerdo del hincha, el saludo el abrazo y la conversación futbolera que no tiene tiempo ni espacios. Agradezco a la vida todo lo logrado en esta profesión que un día abracé con el alma”.
¿Por qué Deportes Linares no logra despegar?
“Para que Deportes Linares salga definitivamente arriba, creo que falta unidad y que los dirigentes sean responsables. Acá en la ciudad están los medios para formar un gran equipo para llegar a ser grande en el fútbol. Se arman a veces buenos equipos, se hacen buenas campañas, pero siempre falta algo. Hay que trabajar mucho con las divisiones inferiores, falta mayor voluntad y no se puede andar siempre mendigando. Creo que eso no corresponde”.
OTRA PASIÓN
Pero como no de fútbol solamente vive el hombre, ¿usted tiene otra pasión?
“Efectivamente después que dejé el fútbol me dediqué a cantar. Lo hice 27 años en el Dúo Voces del Maule, recorriendo el país desde La Serena a Coyhaique. Eso se congeló un poco con la pandemia, pero la música es algo que me apasiona, especialmente el folklore. Cantar a nuestras tradiciones y mantener siempre vivo el sentido de patriotismo y chilenidad que a veces se nos olvida”.
¿Cuál es el presente de Mauricio Moreira?
“Desde hace años trabajo en la Municipalidad de Colbún con un gran jefe y amigo como el alcalde Pedro Muñoz. Estoy tranquilo, vivo sin sobresaltos y disfruto de la vida en una tierra que desde mi llegada me acogió con un afecto y cariño increíble, que en todo momento he tratado de devolver desde mis distintos ámbitos de acción”.
Agradecido de este lindo reencuentro con uno de los afamados “toros” de Linares, que impuso una mística especial y con brillantez, sin olvidarse nunca de sus orígenes y siempre agradeciendo todas las oportunidades de crecimiento que le dio la vida y en las cuales aplicó su talento con maestría y clase.