En Chanco, murieron 41 personas y la Iglesia de la Candelaria se derrumbó.
En Constitución fallecieron más de 100 personas y varias decenas desaparecieron.
En Cauquenes quedaron destruidas gran parte de las viviendas patrimoniales.
En Pelluhue, dejaron de existir ocho personas.
En Talca y Curicó fueron más de 500 las céntricas manzanas que se vieron afectadas.
Por Juan Ignacio Ortiz Reyes
TALCA. El terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010 afectó fuertemente a la Región del Maule.
Los 8,8 grados en la Escala de Richter que se dejaron sentir a las 3:34 horas de la madrugada no solo nos despertó abruptamente, sino que provocó que el mar se saliera en las costas de Llico, Lipimávida, Duao, Iloca, Constitución, Pellines, Curanipe y Pelluhue, lo que dejó destrucción total y más de un centenar de muertos.
Las añosas casas de Curicó, Talca y Cauquenes se vinieron abajo. El panorama fue desolador.
Con los días posteriores la desesperación de muchos maulinos aumentaba porque habían familias que no podían conciliar el sueño al tener a parientes desaparecidos.
Fueron semanas e incluso meses para retomar “cierta normalidad”.
Hasta hoy la mayoría de las construcciones no se volvieron a poner de pie. Autoridades de diversos sectores políticos y de los cuatro gobiernos que han pasado entre 2010 y 2025 reconocen una deuda con todos los maulinos.