Para el Magíster en Climatología, Patricio González Colville, “el exceso de calor genera daños sobre las superficies de frutales” y que “las altas temperaturas nocturnas, conocidas como olas de calor diurnas, definidas cuando las temperaturas promedio de la noche superan los 17° Celsius (durante olas de calor intensas incluso pueden llegar a los 19° o 20° Celsius), afecta a la calidad de los vinos”.
Por Juan Ignacio Ortiz Reyes
TALCA. Un estudio elaborado por Patricio González Colville del Centro de Investigación y Transfe-rencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, sitúa al reciente mes de enero con el promedio de temperaturas máximas más alto de los últimos 25 años, es decir, del presente siglo XXI, en la capital maulina.
En el informe del Magíster en Climatología se señala textual que “el Siglo XXI se ha caracterizado por registrar los años más cálidos desde la época pre-industrial (1850-1900). Derivados del cambio climático, la temperatura de la Tierra, en enero de 2025, indicó un valor de 1.75° C por sobre el valor estimado de riesgo por el Acuerdo de París de 2015, de 1.5° C”.
MAULE
Para González Colville “este calor adicional también afecta a la Región del Maule. Si analizamos lo ocurrido durante enero del presente año, se han registrado cuatro olas de calor, superando a enero de 2024 en que solo se produjeron 3 (ola de calor cuando la temperatura máxima diaria supera, por tres días consecutivos o más, el valor de 33.5° C). Durante enero la ola de calor más extensa duro seis días (del 1 al 6 del mes). Sin embargo, en los primeros 15 días de febrero, los récords de temperaturas máximas diarias fueron de 38° C en Talca (día 7) y de 42.2° C en Cauquenes (sector Santa Sofía)”. El promedio normal esperable para Talca en el mes de enero es de 31.2° Celsius. Desde el 2002 al 2025, las máximas diarias han subido de 31.1°, 32.4° C; 32.8° Celsius y 34.0°. Este último valor fue registrado en enero de 2025, siendo el más alto observado en el siglo XXI. Lo anterior es consistente con los modelos internacionales, que definieron los años 2023 y 2024 como los más cálidos jamás registrados en la Tierra; la temperatura promedio fue de 1.45°. En enero de 2025 la elevó a 1.75° Celsius por sobre el promedio de 1850-1900. Estos resultados indican lo irreversible del cambio climático.
EFECTOS EN LA AGRICULTURA
Según González Colville, “la fisiología de las plantas puede desarrollarse dentro de un espectro térmico el cual, en promedio, posee un rango entre 15° y 30° Celsius. Cuando las temperaturas exceden, durante el verano, estos rangos en sentido positivo se empiezan a producir efectos que deterioran la producción. Estos valores térmicos exceden con creces los rangos en los cuales los cultivos agrícolas pueden desarrollar su fisiología de confort térmico”.
El estudio del Magíster en Climatología es lapidario en señalar los impactos más notorios que pueden producirse por estas olas de calor en la agricultura maulina:
-Golpes de sol: el exceso de calor genera daños sobre las superficies de frutales, como las manzanas, que se traducen en manchas de color café que pueden derivar en necrosamiento con el característico color morado oscuro, que las deja fuera de los mercados.
-Exceso de evapotranspiración: con temperaturas sobre 34° Celsius las tasas diarias en pérdidas de agua pueden ser entre 70 a 90 metros cúbicos por hectáreas. Lo anterior obliga a riegos más continuos y extensos, temporalmente, para evitar el estrés hídrico en las plantas. Lo anterior puede derivar en estrés térmico, cuando la planta no obtiene la suficiente agua para refrigerar su sistema.
-Las altas temperaturas nocturnas, conocidas como olas de calor diurnas, definidas cuando las temperaturas promedio de la noche superan los 17° Celsius (durante olas de calor intensas incluso pueden llegar a los 19° o 20° Celsius), afecta a la calidad de los vinos. Los hace ser más alcohólicos y baja su calidad. Los viñedos requieren temperaturas nocturnas inferiores, en promedio, a los 14° o 13°Celsius durante varias semanas.
-Sin duda que la problemática del agua hace difícil asegurar el riego para cada temporada. En casi 17 años de mega sequía, con altas temperaturas, se eleva la vulnerabilidad agrícola para asegurar una expansión futura de hectáreas de cultivo.
TENDENCIA
González Colville concluye que “según las investigaciones agroclimáticas desarrolladas, se observa que desde el 2000 en adelante, las temperaturas máximas extremas en el Maule registran un crecimiento positivo. Las proyecciones de los modelos que hemos estudiado estiman que esta tendencia aumentará hacia el 2026, 2027, 2028, 2029 y 2030. Lo anterior con declives invernales de las lluvias. Lo expuesto se enmarca en una tendencia mundial de aceleramiento del calentamiento global, del cual Chile no está ajeno. Debemos recordar que, en la 29 Conferencia de Cambio Climático, desarrollada en Azerbaiyán, en 2024, se llegaron a dos conclusiones fundamentales: crear un fondo de ayuda económica de 300 mil millones de dólares para ir en ayuda de los países subdesarrollados del hemisferio Sur para mitigar los “inevitables impactos del cambio climático”.
El agroclimatólogo agregó que “sin duda que la agricultura, que necesita del clima para desarrollarse y alimentar a un país, deberá acelerar las inversiones para su adaptación al nuevo clima que se está caracterizando, más que por normales mensuales, por extremos tanto térmicos como pluviométricos. Los ríos atmosféricos durante el invierno del 2023 y el actual extremo térmico verano 2025, son el ejemplo de un futuro quizás dramático para la zona centro-sur y norte de Chile”.