Historia. “Jugar en Rangers, significó la oportunidad de ser futbolista profesional, cumpliendo mi gran sueño en una época distinta”, dijo.
TALCA. Hace una semana Rangers, tuvo la inmejorable opción de volver en gloria y majestad al fútbol grande, sin embargo, esa aspiración no se logró concretar tras la definición desde el punto del penal ante Limache, dando paso a la rabia y frustración de parte de los hinchas que ya no resisten a este verdadero calvario, de una institución que a través de su historia fue parte de las ligas mayores.
Ello da paso a rememorar jornadas gloriosas de los ascensos del club de Deportes Rangers, en que, a diferencia de la última final, fue todo alegría y felicidad.
Uno de esos momentos memorables, fue la noche del 7 de enero de 1989 en que Rangers, gana a Lota y con ello, consigue el título de campeón del Torneo de Ascenso 1988.
El autor del gol, que sentenció el regreso, por la puerta dorada al fútbol de honor, fue el recordado Felipe Villalobos. “Recuerdo que Pablo Prieto, me dio un pase y le pegué al arco con el alma y corazón. Fue una noche inolvidable, una de las alegrías más grandes de mi vida. Tener la posibilidad de entrar en el segundo tiempo y a los pocos minutos convertir ese gol decisivo, es algo impagable. Ello me permitió ser parte de la historia del club. Recuerdo que al momento de celebrar el gol corrí a la galería a celebrar con la barra, donde se encontraba mi madre Elena y mi tía Alicia, junto a toda la gente de Duao, que nunca dudó en acompañarme y en todos los partidos me venían a apoyar”, señala con emoción Felipe Villalobos.
LOS INICIOS
Naturalmente que Felipe, con la humildad de siempre, se emociona al recordar sus inicios en el fútbol, y los logros alcanzados en una carrera no exenta de dificultades pero que supo afrontar con el apoyo de su familia y amigos que siempre le acompañaron en esta linda aventura.
Su periplo, comenzó en el Deportivo Duao de la comuna de Maule. En 1983 fue parte de las cadetes de Rangers donde permaneció hasta 1986. Ya en 1987 cumplía un sueño acariciado toda la vida, al ser parte del plantel profesional de Rangers, que dirigía Germán Cornejo.
Pero lo mejor estaba por venir, es así como llega 1988 y Felipe debuta, con la confianza del técnico Hugo Solís, frente a deportes Colchagua en Talca, con lo cual se inicia una nueva etapa en su vida.
En 1989 juega en Deportes Linares, en el 90 y 91 vuelve a Rangers, jugando dos temporadas, en 1992 viste la camiseta de Magallanes, 93 y 94 de vuelta en deportes Linares, en el 95 en General Velásquez, para terminar su paso por el fútbol en Iberia de Los Ángeles en 1996.
CITAS DE FELIPE
“Si volviera a nacer, sin duda de nuevo elegiría el fútbol, con mayor madurez, ya que uno comete errores propios de la juventud. Por ello, solo agradecer el cariño y respeto de toda la gente del fútbol. A los hinchas, especialmente de Rangers, que hasta el día de hoy me demuestran su cariño”, dijo. “Todo lo que soy se lo debo al fútbol. Cumplí el sueño de mi vida. Inmensamente feliz de haber dejado una buena imagen como jugador y como persona, y ser reconocido por la gente del fútbol”, acotó.
“Jugar en Rangers, significó la oportunidad de ser futbolista profesional, cumpliendo mi gran sueño en una época distinta. Debuté jovencito por mis méritos y cualidades, no como ocurre hoy que por reglamento los equipos deben cumplir la regla del sub 20-21. Enviar un cariñoso saludo a toda la hinchada de Rangers por todo el cariño y respeto que me han brindado y que nunca dejen de alentar al club, ya que las personas pasan, pero la institución queda y siempre queda la esperanza que el próximo año será el del retorno al fútbol de honor”, subrayó.
EL PRESENTE
Gracias al fútbol Felipe, trabaja en el Ministerio de Obras Públicas, donde nunca, por un sello de su propia filosofía de vida, ha dejado de crecer, siendo actualmente conductor y laboratorista vial en la Dirección de Vialidad.
Por cierto, la alegría de compartir con la familia, con su señora Claudia Reveco y sus hijos Felipe de 24 años y Francisca de 19, que son su orgullo y la motivación para seguir en el día a día, lleno de bríos y una energía admirable. “Mi familia es lo máximo, ellos me dan la fuerza para siempre seguir e ir adelante”, dijo. Gracias Felipe, por compartir tus emociones con el equipo de diario La Prensa, y por un momento especial para volver a recordar historias clavadas a fuego en el corazón de los futboleros de siempre, que te recuerdan con los sentimientos propios de revalorar en el tiempo tu aporte a la gran muralla de la vida, donde tú con calidad y distinción pusiste varios ladrillos.