Historia. “El fútbol de nuestra época era más romántico. Hoy el dinero ha sido parte fundamental del cambio. Se trastocan valores. Nosotros no jugábamos gratis, pero sí puedo asegurar que había más cariño por el club”, señala.
TALCA. Fueron 18 años de una trayectoria notable. Un goleador de clase y estilo, que no perdonaba en el área y que escribió páginas memorables en el fútbol chileno, donde aún se le recuerda, y se idolatra al gran Hermes Navarro Lira.
Desde pequeño, en su natal Buin, en las cercanías de la Región Metropolitana, silenciosamente se comenzaba a fraguar lo que sería el inicio de una historia colmada de triunfos, éxitos y logros, aunque el popular “milico”, ni siquiera lo soñaba, bueno… tampoco lo quería.
Su primer logró deportivo, sin sospechar lo que vendría, fue en 1979 cuando siendo parte del plantel de Deportes Maipo, fue campeón en el regional de la zona central, lo que es ahora la Tercera División.
Sin embargo, el horizonte y el trazado de vida de Navarro, iban por otro sendero, quería estudiar y no pensaba ser futbolista. “Ingresé a la Fuerza Área, estuve nueve años como funcionario, dos años en la Escuela de Especialidades de la FACH, salí como mecánico tripulante de avión. Me sentía realizado y quería llegar a más”, recuerda Hermes.
LA IMPOSICIÓN
En una situación que se puede considerar fortuita, una casualidad o simplemente el destino, siendo miembro de la FACH, el presidente del Club Deportivo Aviación Mario Gómez, solicita que uno de los funcionarios de la institución debiera ser parte del primer equipo por un tema de identidad.
“El que reunía los requisitos era yo, fui el seleccionado y por ello llegué a Aviación. No me fui a probar ni muchos menos, tampoco hice cadetes, sino como lo cuento por esas cosas de la vida, apareció esta persona y fue quien me abrió la puerta para desarrollar mi carrera en el fútbol”, dijo.
Hermes recuerda que con Aviación fue campeón y logró el ascenso 1981. Pero al año siguiente, Aviación se retira del futbol profesional, y con ello Hermes vuelve a su trabajo.
Sin embargo, la llama y la pasión estaban encendidas y es en la Región de O’Higgins, particularmente en General Velásquez, donde Navarro, comienza a mostrar sus credenciales para transformarse en el goleador de la Segunda División en 1983.
El tránsito futbolístico de Navarro se extendió hasta 1998, cuando se despide en Santa Cruz, luego de brillantes y goleadoras trayectorias en Unión Española, La Coruña de España, Magallanes, O’Higgins, Rangers, Arica, Antofagasta, Iquique, Ñublense y San Felipe.
En cada institución, “El Milico” -apodó que se lo ganó por su paso en la Fuerza Aérea- dejó su sello de buen futbolista y mejor persona.
EL FÚTBOL
“La verdad es que no quería ser futbolista, yo quise siempre estudiar, pero en definitiva fueron tiempos buenos, bonitos, pero también difíciles. En los clubes donde estuve siempre me fue bien, dejé lindos recuerdos, siempre como goleador, donde voy me reconocen y eso me agrada mucho”, nos cuenta Hermes.
“En ese sentido, Rangers es especial; aquí fui campeón el año 1988 y aun me homenajean. Siento que la gente me quiere mucho y yo también a ellos. Fue un grupo de grandes personas y amigos, a los que recuerdo con mucho cariño y que los sigo viendo y eso es muy gratificante”, acota.
EL PRESENTE DEL GOLEADOR
Terminada su carrera como futbolista, Hermes Navarro inició su carrera como técnico dirigiendo a Cobresal en Segunda División, además de ser jefe técnico de las cadetes por 12 años. “Por decisión personal me retiré del fútbol y veo poco probable el regreso. Hoy trabajo de manera independiente, disfruto a mis dos hijas Yilian Andrea y Karen, y mis nietos Laura y Pedro. Llevo 41 años casado con Diflor, tengo un buen pasar, gracias a Dios tengo todo lo que se puede aspirar en la vida”, dice.
“El fútbol de nuestra época era más romántico. Hoy el dinero ha sido parte fundamental del cambio. Se trastocan valores. Nosotros no jugábamos gratis, pero si puedo asegurar que había más cariño por el club”, acota.
Solamente dar gracias por la conversación con Hermes, plagada de éxitos y jornadas triunfales siendo protagonista de la magia en los estadios con su estampa de goleador… Y eso que no quería ser futbolista.