Historia. Tuvo el privilegio de cumplir el sueño de ser futbolista profesional y lograr mucho más de lo que había soñado, todo ello en base a la corrección y disciplina.
TALCA. Desde su irrupción en el futbol profesional fue valorado por su gran calidad y técnica que lo llevaron a cimentar una correcta y reconocida trayectoria en el medio nacional, donde aún, en referencia a su estatura, se le recuerda como “chiquitito pero cumplidor”.
Por su personalidad, humildad y carácter, César Muena se ganó el aprecio de sus pares y del mundo futbolizado. Tuvo el privilegio de cumplir el sueño de ser futbolista profesional y lograr mucho más de lo que había soñado, todo ello en base a la corrección y disciplina, factores elementales que forman parte de su filosofía de vida.
Sus inicios fueron en Universidad Católica, un club de lujo, que lo formó en base a sólidos principios y valores, que hoy son parte del recuerdo grato y sentido. “Con Universidad Católica, viajé dos veces a Europa con los juveniles. En un campeonato realizado en La Haya Holanda, en 1998, fui elegido el mejor jugador del torneo”.
Desde los cruzados estuvo a préstamo en Municipal Las Condes en la Tercera División siendo segundo en el torneo donde subió Lozapenco, para posteriormente iniciar su recorrido por provincias que comienza en Rangers en 1990,
Provincial Osorno, Everton, Cobreloa e Iquique, en distintas temporadas forman parte de su palmarés.
“Recuerdo también con mucha emoción el año 1995, cuando fui llamado a la selección nacional de Xavier Azkargorta, para un partido amistoso en Concepción, frente a Canadá. En ese equipo estaban entre otros; Javier Margas, Nelson Tapia, Fernando Cornejo, Ronald Fuentes, Marcelo Salas”.
Otros hitos relevantes en su carrera fue un título con Osorno, dos liguillas de Copa Libertadores defendiendo a Cobreloa y uno no muy agradable, pero que al final se logró revertir, cual fue el casi descenso a Tercera División con Rangers en 1991, donde se salvó la categoría en el último partido frente a Cobreandino.
APOYO
Con profunda emoción César, agradece el apoyo incondicional entregado, en las malas y en las buenas, por su señora Carolina Alarcón, que ha sido su compañera de ruta y la luz cuando se atraviesa por el túnel oscuro de la vida. Junto a ella ha formando una hermosa familia integrada por sus hijos: Daniela, Matías, Gabriela y Vicente.
EL AHORA DE MUENA
Lejos de los aplausos y terminada su carrera futbolística en una decisión muy meditada, aunque desde algunos lo siguieron buscando, César se insertó en otros ámbitos labores.
Hace 16 años se desempeña en el Ministerio de Obras Públicas, y anteriormente lo había hecho en el Ministerio de Vivienda. “Estoy contento, agradecido de la vida por las oportunidades de desempeñarse profesionalmente en distintos ámbitos en donde he puesto toda mi dedicación y esfuerzo, Tengo un buen trabajo, buenos compañeros, a veces es cansador y extenuante, pero feliz y reconfortado”, dijo.
Adicionalmente ocupa el cargo de gerente general del Club Deportivo y Social Rangers de Talca, que reúne a exjugadores y colaboradores del club rojinegro.