Opinión. Más allá del resultado en cancha, que podría ver al Curi incluso trepar otro peldaño en la tabla, el juego de este fin de semana será el último para muchos. Es tiempo de que Curicó Unido se enfoque en su reconstrucción y los nuevos encargados, sepan valorar los aplausos que lloverán este domingo para la cantera.
CURICÓ. Será el partido final de la temporada para Curicó Unido. Último partido de la temporada 2024, último juego del Campeonato del Ascenso y último encuentro del año de los albirrojos en la cancha de La Granja. Si será o no el último partido del técnico Héctor Almandoz o de uno u otro futbolista, dependerá del balance de la directiva, de la elección del entrenador para el 2025 y de la definición del proyecto albirrojo para el próximo año, a cargo de una nueva directiva que debiese conocerse a fines de noviembre. Al menos el de este domingo, a su vez, será el partido final de Patricio Romero y compañía en el directorio.
POR LA CANTERA
Será el juego del adiós, de una temporada para el olvido de Curicó Unido. Los albirrojos recibirán el aplauso de su parcialidad buscando ganar y dependiendo del resultado de San Luis, incluso podrán trepar un puesto en la tabla y terminar lo más arriba posible en las ubicaciones, ya no último, idealmente nunca penúltimo, incluso evitando el antepenúltimo lugar y por qué no llegar al puesto 13°.
Aunque más allá de la posición final, los albirrojos darán gracias a su gente por su pleno compromiso, apoyo y entrega, algo que ya parece habitual en este Curicó Unido, que lamentó el descenso de Primera División la temporada pasada, que sufrió con el riesgo de bajar el 2021 y que también sabe de sufrimientos en 2019, 2012, 2007 y tantas otras temporadas, donde el fantasma del descenso ha sido habitual entre las huestes curicanas.
Este 2024 será recordado como otro año más de sufrimiento y salvación, aunque tendrá el tinte especial de las culpas administrativas y despilfarros financieros, que han llevado al club a estar con números en rojo luego de tener amplia bonanza solo hace un par de años atrás.
Por ello los aplausos de este domingo serán para los jugadores del Curi, para el cuerpo técnico y especialmente para la fuerza profesional nacida en la cantera, pues han sido ellos quienes tal como en 2012 se pusieron el buzo del sacrificio por el escudo y lograron entregarse al máximo, derrochando sudor, lamentando lesiones y expulsiones, anotando goles y prendiendo esa llama de aguante, que logró al término de todo salir del foso y lograr la permanencia en el ascenso.
ROJOS DE VERGÜENZA
La selección chilena de fútbol no enciende motores en las clasificatorias, rumbo al mundial a jugarse en Norteamérica en 2026. Semana pasada y derrota en Santiago frente a Brasil y esta semana nuevo tropiezo ante Colombia en Barranquilla. El futuro de la Roja también se encuentra en vilo y tal como Curicó Unido, la selección debe comenzar a definir la continuidad del entrenador, del grueso de sus futbolistas y del plan de renovación y empuje de sus series formativas, tal como este Curicó Unido que además de rearmar sus fuerzas para la próxima temporada, deberá refundar sus cimientos y comenzar a reconstruir sus fuerzas básicas, a modo de apostar por un futuro donde la aparición de un futbolista destacado permita una venta e inyectar recursos y volver a reinvertir en un círculo, donde el área formativa resulta incluso trascendental para el crecimiento de las plantillas de honor, una rotación que deberá hacer práctico tanto Curicó Unido como la selección nacional.